La belleza de un flor del campo, un flor salvaje...no tiene precio.
Nunca dijo, "Mirame soy preciosa," no dijo nada. Solo sonrie bajo el sol, con petales abiertas compartiendo los momentos especiales.
Son momentos ricos, de verdad, pero no con dinero, los flores no tienen ni necesitan dinero.
Habitatntes al lado de la caretera, las brisas y la lluvia se alimentan, como Don Lorenzo.
Eso es belleza de verdad.
(español con errores con el escocés errante)